Cuando los materiales combustibles o no combustibles se reducen a polvos finos, pueden crear un peligro de incendio y explosión que afecta a muchas operaciones y materiales: azúcar, harina, comida para animales, plásticos, papel, madera, hule, muebles, textiles, pesticidas, productos farmacéuticos, pinturas y resinas, tintes, carbón y metales.

Para prevenir incendios por explosión de polvos, se debe controlar el “pentágono de las explosiones de polvo”. Esto incluye el triángulo tradicional de los incendios: combustible, calor y oxígeno, junto con una nube de polvo y un espacio cerrado. Se deben reducir los niveles de polvo (el combustible) al mínimo en el sitio de trabajo por medio de controles y el buen orden y aseo. También se deben controlar las llamas y las fuentes de ignición (calor) tales como llamas de pilotos, llamas abiertas, equipos calientes y electricidad estática. Nunca se debe permitir fumar en el sitio de trabajo.

Debido al peligro de explosión de polvo, el Título 8 de CalOSHA, Sección 5174 limita el polvo combustible a una concentración máxima del 25% de su límite explosivo inferior (LEL, por sus siglas en inglés) “a no ser que se eliminen todas las fuentes de ignición o se identifiquen y controlen específicamente las mismas.” (Véase el sitio en Internet de CalOSHA en http://www.dir.ca.gov/Title8/5174.html).

La electricidad estática es una fuente seria de ignición de explosiones e incendios, pero las conexiones a tierra los previenen. CalOSHA define la conexión efectiva a tierra como una conexión de baja impedancia y con suficiente capacidad de corriente para prevenir voltajes peligrosos.

Cuando usted opere, haga servicio o dé mantenimiento en equipos, debe asegurarse de que tengan una buena conexión a tierra. Verifique que las maquinarias del centro de trabajo, las bandas transportadoras, los cuerpos de los equipos y las superficies conductivas estén debidamente conectadas a tierra. Las mangueras o boquillas que se usan para recolectar o soplar los polvos deben estar conectadas a tierra a todo lo largo de su longitud. Las correas deben conectarse a tierra a través de peines metálicos u otros dispositivos.

La recolección, filtrado y tratamiento del polvo previenen explosiones eliminando el polvo en el aire. Los recolectores de polvo deben instalarse afuera del edificio o en un salón separado. Los recolectores por rocío húmedo pueden ubicarse dentro del edificio. Para equipos de esmerilado, triturado o pulverizado, se deben usar separadores neumáticos o magnéticos para separar los metales y desperdicios que puedan prenderse fuego. Distribuya el local de manera que las máquinas con peligro de explosión estén encerradas o apuntando en sentido opuesto a las áreas de trabajo ocupadas para minimizar el impacto del incendio y la energía en caso de que ocurra una explosión.

Establezca un programa de limpieza de rutina para eliminar el polvo de pisos, cornisas, vigas, equipos y demás superficies. Haga limpieza con suficiente frecuencia para evitar que se acumule el polvo. Si la producción cambia y el polvo se acumula más rápido, se debe hacer limpieza con mayor frecuencia. Se debe preparar una lista que identifique todas las áreas que deben limpiarse para que no se olvide ninguna. Use las herramientas, equipos y procedimientos de seguridad apropiados para limpiar el polvo en lugares elevados.

Antes de comenzar la limpieza, apague todas las llamas y fuentes de ignición. Deje que el polvo en el aire se asiente. Los sistemas de aspiradora permanente, conectados a tierra, o los métodos húmedos de limpieza son ideales para la limpiar el polvo. Tenga cuidado al usar escobillones o cepillos que puedan tirar polvo al aire. Elija escobillones y cepillos de cerdas naturales; algunas cerdas sintéticas pueden cargarse de electricidad estática. No se recomienda el uso de aire comprimido para soplar y limpiar el polvo debido a la posibilidad de crear una nube de polvo. Si no hay alternativa al uso de aire comprimido, apague todas las llamas y fuentes de ignición y conecte la manguera y la boquilla a tierra antes de usarla.

El buen orden y aseo puede prevenir explosiones secundarias, las cuales ocurren cuando una nube de polvo inicial se incendia, explota y derriba un conducto, tubería u otro punto de acumulación de polvo. El polvo desplazado en el aire puede formar otra nube explosiva, con mayor frecuencia y más mortal que la primera.