Los espacios de almacenamiento en frío incluyen refrigeradores y congeladores, así como salas en las que se pueden almacenar alimentos u otros artículos a temperaturas frescas y controladas. Cuando se trabaja en dichos espacios, o en sus inmediaciones, es preciso obtener capacitación y estar consciente de los peligros que puede suponer el almacenamiento en frío: estrés por frío, resbalones y tropezones, espacio cerrado, almacenamiento de sustancias químicas y aspectos ergonómicos.

Lleve varias capas de ropa de abrigo que le proporcione aislamiento térmico adecuado con el fin de mantener su temperatura corporal y evitar el estrés por frío. La mayor parte del calor del cuerpo se escapa por la cabeza; para mantenerse caliente lleve una gorra que le abrigue bien y que tenga orejeras. Las manos, los pies y los dedos de ambos son susceptibles al congelamiento si están expuestos al frío durante largo tiempo; protéjalos con guantes y botas dotados de aislamiento térmico e impermeables.

Elija guantes apropiados para el trabajo que vaya a realizar; si debe sujetar objetos fríos o congelados, use guantes que le permitan un agarre adecuado. Estos objetos pueden ser pesados; un agarre firme y botas de punta de acero le protegerán los dedos de los pies. Asegúrese de que las botas tengan suelas antideslizamiento; el agua y el hielo son comunes en los lugares de almacenamiento en frío y pueden causar resbalones y tropezones.

Dado que las áreas de almacenamiento en frío pueden ser espacios cerrados, obtenga capacitación y familiarícese con las características de seguridad de su lugar de trabajo. Para escapar en caso de emergencia, las salas de almacenamiento en frío deben contar como mínimo con una puerta que pueda abrirse desde adentro. La iluminación debe proporcionarse por medio de una bombilla de funcionamiento constante o una luz con un interruptor iluminado situado dentro de la sala de almacenamiento en frío. Los tapetes antideslizantes protegen a los trabajadores en áreas húmedas.

Resulta ideal que los espacios de almacenamiento en frío tengan puertas que hayan sido diseñadas para no se atranquen debido al congelamiento. Si su lugar de trabajo no dispone de puertas anticongelamiento, asegúrese de que haya en la sala un hacha de bombero. Las excepciones a esta regla incluyen instituciones mentales y correccionales, así como lugares de almacenamiento en frío con temperaturas superiores a los 32°F.

Los artículos almacenados en frío son a menudo valiosos y requieren seguridad. Las puertas de su lugar de trabajo podrían cerrarse con llave desde afuera, siempre que la puerta cuente con un mecanismo interno de apertura. Otras opciones incluyen señales de alerta en la puerta y la instalación de sistemas de señales visibles o sonoras dentro de la sala que se pongan a prueba todos los días.

Asegúrese de que las sustancias químicas en almacenes en frío estén debidamente colocadas y con materiales compatibles. Tenga cuidado con el hielo seco y el nitrógeno líquido, los cuales pueden representar un riesgo de asfixia al desplazar oxígeno. Adviértase que las carretillas elevadoras y los equipos de combustión pueden causar la acumulación de gases en espacios cerrados. Úselos únicamente con la ventilación apropiada.

Mantenga seguras las áreas de almacenamiento en frío. Protéjase contra las distensiones musculares y las torceduras; al levantar objetos pesados, use siempre técnicas de levantamiento adecuadas. Ponga atención a sus compañeros de trabajo y revise periódicamente las áreas de almacenamiento en frío y al finalizar la jornada de trabajo para asegurarse de que no haya quedado nadie atrapado. Limpie los derrames y acomode las áreas desordenadas para mantener el lugar limpio y evitar riesgos de resbalones y tropezones.

Observe las normas de seguridad del almacenamiento en frío y no permita que el frío se apodere de usted.