El polvo agrícola puede provenir de muchas fuentes diferentes. El polvo orgánico puede provenir de cosechas, almacenamiento en silos, desechos animales y capas de abonos orgánicos. Los mohos, el polen, y la caspa de animales pueden ocurrir de manera natural y variar en concentración debido al clima, a las estaciones, o a la ventilación en ambientes interiores. Otras fuentes de polvo incluyen los productos químicos en polvo y los escapes de motores a diesel. El polvo de suelos, de aditivos y de acondicionadores de suelos puede crearse durante la siembra, el desyerbado y la cosecha.

Al inhalar el polvo agrícola, las partículas pueden alojarse en sus pulmones y causar problemas de salud. Mientras más pequeñas sean las partículas de polvo, más profundamente pueden penetrar en su tejido pulmonar. Si usted fuma o tiene una enfermedad respiratoria existente, podría ser más susceptible a las exposiciones al polvo. Los efectos de salud de corto plazo pueden incluir estornudos, tos y dificultades para respirar. El esfuerzo adicional que se requiere para respirar puede causar estrés y fatiga en su cuerpo.

Los efectos crónicos de largo plazo de la exposición al polvo pueden incluir congestión pulmonar, bronquitis crónica y neumonía, y diferentes sensibilidades y alergias al polvo. La exposición crónica al polvo puede causar problemas respiratorios graves como asma, enfisema, y neumonitis hipersensible (pulmón de granjero). Estas enfermedades pueden requerir medicamentos y cuidado médico continuos.

Para reducir su exposición a los polvos agrícolas, inspeccione su área de trabajo y revise sus tareas para determinar qué trabajos y actividades que usted realiza y qué áreas en las que trabaja crean polvo. Después de identificar estas áreas y tareas, busque maneras de reducir las exposiciones al polvo.

Trate de modificar los métodos de ingeniería y administrativos primero para reducir las emisiones de polvo. Use buena ventilación en espacios restringidos como en graneros y silos. Analice las maneras de surtir materiales para la operación agrícola y modifíquelas a fin de reducir las emisiones de polvo. Por ejemplo, las máquinas de alimentación automatizada, los sistemas mecánicos para eliminación de desechos y los métodos de rociado húmedo pueden reducir las emisiones de polvo. Utilice métodos apropiados de almacenamiento y considere el cambio de materiales, forrajes, fertilizantes químicos, etc. por opciones con baja emisión de polvo.

Después de identificar y de implementar las técnicas de reducción de polvo, analice las tareas restantes y las áreas de trabajo que crean exposiciones al polvo. Éstas son las tareas de trabajo que pueden requerir protección respiratoria como mascarillas contra polvo, o para mayor protección, un respirador purificador de aire.

Antes de utilizar protección respiratoria, ponga en práctica un programa de protección respiratoria que incluya la evaluación médica y las pruebas de salud respiratoria. Utilice los cartuchos de respiradores correctos para sus tareas y exposiciones. Los cartuchos para vapores orgánicos y químicos protegen contra los vapores químicos. Los filtros contra partículas atrapan las partículas de polvo. Usted puede también utilizar combinaciones de diferentes tipos de filtros, dependiendo de sus exposiciones. Use y mantenga sus respiradores adecuadamente según su plan de protección respiratoria y según las recomendaciones del fabricante a fin de reducir sus exposiciones al polvo agrícola.